Desde los albores del derecho Romano hasta el día de hoy, la abogacía ha sido una actividad realizada por personas con una basta cultura general y sobre todo jurídica, preparación que les ha permitido a los grandes jurisconsultos que han dejado huella en los anales de la historia del derecho, ser identificados como sabios y guías; no es una coincidencia que al abogado se le relacione con el búho, animal considerado por varias culturas, como el detentor del conocimiento y del buen consejo.
Este concepto que se tiene de los abogados, ha sido ganado a pulso por muchos de ellos, quienes al márgen de la mentira, el engaño y la corrupción, han puesto en alto la actividad del jurisconsulto, no solo siéndolo, sino también teorizando respecto al objeto de la ciencia del derecho, es decir, el derecho mismo.
Así, grandes científicos del derecho, han fraguado las teorías sobre las cuales hoy descansan las instituciones más íntimas de los sitstemas jurídicos mundiales, desde los que aún dan muerte al infractor, hasta aquellos que de sobremanera protegen la vida humana sin importar las consecuencias. La verdad es que sin menoscabo del sistema legal que se analice, el mismo siempre esta fundados sobre bases teoricas, las cuales en el caso de México, se encuentran invariablemente ligadas a la cultura jurídica romano-canónica, antecedente de nuestro actual sistema legal.
Con el vertiginoso avance de las tecnologías de la información, es común, y me atrevería a decir necesario, el intercambios de ideas y experiencias aún entre sistemas jurídicos antagónicos, ya que a través de esta sinergia, los mismos pueden enriquecerse y mejorarse de maneras cuantitativas y cualitativas; esta situación de interacción, se vive todos los días a la luz del derecho internacional, el cual se encarga de regular las relaciones entre los estados, así como de sus particulares al exterior del mismo.
Esta tradición que brevemente he tratado de explicar respecto al derecho y su trabajo teórico, siempre se ha realizado a través de sistemas de poder, es decir, sistemas fuertes y de imposición, algunos con ligeros tintes democráticos, pero en escencia, siempre rígidos y ausentes de vacilación.
La característica de inflexibilidad del derecho, ha generado que sus teóricos realicen su actividad bajo esa misma premisa, es decir, teorías basadas en el rigor de la fuerza del derecho, desechando aquellas fuentes que buscan aportar nuevos elementos a su contenido. Es en este plano en el que quiero situar al lector; porqué no tratar de humanizar mas al derecho, no desde el punto de vista del destinatario del mismo, ya que sería ocioso como ya se ha demostrado desde hace mucho tiempo, el querer crear el derecho de heredar de las vacas, o la obligación del perro a trabajar como guardían, sino ver al derecho y aportar al derecho desde otras nuevas visiones.
A lo largo de los estudios de maestría, el estudiante se encuentra rodeado de nuevas personas, quienes con un simple saludo dejan algo nuevo, en ese camino que aún sigo recorriendo en las aulas del Posgrado de la Facultad de Derecho de la UNAM, me encontré con una nueva forma de ver al derecho, algo mas iusnaturalista, mas light si se me permite la expresión, en definitiva, algo más humano y menos científico; al principio no debo negar que fue un shock el encontrarme con una visión tan distinta a lo que durante toda mi preparación académica viví, pero como ya señalaba, lo nuevo o extraño no debe de ser siempre rechazado, hay que vivirlo y analizarlo para experimentar y después generar un criterio mas amplio.
Hoy he visto que se puede ver al derecho desde cosas muy positivas como el amor, la lúdica, la bioética, las matemáticas, y ya clasicas perspectivas como la moral, la criminología, Etc. pero todas estas visiones en conjunto me han permitido entender que aunque la ley siempre deba de cumplirse, no significa que siempre sea lo mas justo, situación que me recuerada la máxima del Maestro Couture: "Si hay que elegir entre el derecho y la justicia, siempre deberá de prevalecer esta última", así que podría concluir diciendo que el derecho es rígido, es un medio de control, es un medio para mantener el orden social, pero de nada servirá por más rigorista que sea el sistema legal, si el mismo no se permea de humanidad, de nobleza, de sencillez, de buscar el bienestar del prójimo. El derecho no solo debe de ser el medio para ejercer el poder de manera legal, sino el medio para que la mayoría sometida a su imperium, alcance su felicidad en pleno respeto de los demás.
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